Resguarda el antiguo Códice Bodley, un bellísimo manuscrito pictórico de la era prehispánica donde se relatan las genealogías de los pueblos originarios que habitaban las tierras de Oaxaca antes de la llegada de los españoles.

La fotógrafa, activista y precursora del fotoperiodismo en México, quien, entre otras cosas se alistó al bando republicando de la Guerra Civil Española, recorrió y registró los paisajes rurales de Oaxaca.

El afamado director de “El acorazado Potemkin”, calificada como una de las mejores películas de todos los tiempos, visitó a principios de los 30 Oaxaca, donde rodó más 60.000 metros de película que luego se editarían en el espléndido documental “¡Que viva México!”.

Premio nobel de literatura le dedicó un poema a la chamana oaxaqueña María Sabina, misma que recibió visitas de artistas escénicos de la talla de John Lennon o Jimmy Hendrix, en busca de experiencias psicodélicas que ella guiaba a través de la ingesta de hongos alucinógenos.

El prestigioso neurólogo y escritor, comendador de la Orden del Imperio Británico fallecido en el año 2015,​ publicó “Diario de Oaxaca” donde relata  la expedición  que emprendió, a principios de este siglo en compañía de los miembros de la Sociedad Americana del Helecho.

El gran muralista mexicano inmortalizó en sus obras estampas típicas oaxaqueñas.

Autor de “El amante de lady Chatterley”, vivió una temporada en la ciudad de Oaxaca donde concluiría su obra “La serpiente emplumada”.

Escritor y compositor dedicó, en los años 40, todo un capítulo a sus vivencias oaxaqueñas en el libro autobiográfico que tituló  “Memorias de un nómada”.

Quien visitó Oaxaca en el año 1975, escribió un relato donde afirmaba: “De Oaxaca me habían dicho muchas cosas, turísticas y etnográficas, climáticas y gastronómicas; lo que no me dijo nadie es que allí, además de un zócalo que sigue siendo mi preferido en México, habría de encontrar la más densa congregación de cronopios jamás reunida en el planeta con excepción de la de Estocolmo”.

La artista cubano-estadounidense, precursora del earth-body  y el land art, realizó en los paisajes de Oaxaca  varios registros de su  figura corporal para incluirlos en la serie Siluetas.

Adoptó e hizo famosa la vestimenta glamurosa de largas faldas y huipiles floridos propios de la región oaxaqueña del Istmo.

Encontró en Oaxaca el refugio idóneo para terminar de perfeccionar su novela “Debajo del volcán”, la obra maestra del modernismo inglés.

Visitó Oaxaca, se enamoró perdidamente de una lugareña e hizo un sinnúmero de fotos en blanco y negro. Destaca una muy bella de una mujer bajando por una escalera.

El escritor italiano contemporáneo más traducido en el momento de su muerte, ambientó en Oaxaca el cuento “Bajo el sol jaguar”, donde narra las desavenencias de un matrimonio durante un recorrido turístico y gastronómico por la ciudad.

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